jueves, 28 de junio de 2012

ACTITUD


Se refiere al comportamiento de una persona, a través del cual se manifiestan las diferentes formas de expresar las emociones y sentimientos que permiten los sistemas de comunicación, sean buenos o sean malos; ya sea por medio de gestos, palabras o cualquier tipo de acciones. Con el término «acto humano» se quiere designar el obrar propio del hombre que, en cuanto tal, puede convertirse en objeto de valoración moral y/o espiritual, dependiendo de la imagen que se refleje.

·         Es un acto puesto por el hombre, que sin embargo no depende (al menos inmediatamente) de su voluntad deliberada.

·         Por el contrario, es un acto que brota directamente de las facultades superiores del hombre (la inteligencia y la voluntad) y del que él es, por consiguiente, responsable.

1. Las estructuras del obrar humano:

El acto humano exige por tanto una evaluación moral y espiritual. Pero no puede darse esa evaluación ética sin una profunda penetración y consideración de su significado.

La reflexión moral ha puesto siempre en evidencia la necesidad de considerar, por un lado, el dato objetivo (materia) y por otro, el subjetivo (advertencia y consentimiento). La valoración del acto humano debe darse relacionando entre sí estos dos aspectos, ya que ambos contribuyen a determinar su eticidad.

La reflexión moral contemporánea, por el contrario, concede cada vez mayor importancia a la dimensión formal-personal del obrar, esforzándose por remontarse del acto al mundo del sujeto, para captar sus niveles efectivos de autoconciencia y de libertad, de intencionalidad y de finalidad.

En esta perspectiva, el acto humano se relaciona estrechamente con el mundo interior de la persona, su ser integral (espíritu, cuerpo y alma), captada en toda la dimensión de la  riqueza de su dinamismo expresivo. Se trata, por consiguiente, de un momento de un amplio proceso de autorrealización personal, que debe ser analizado cuidadosamente, para llegar a penetrar su significado en forma más profunda.

2. Los elementos de definición del acto humano.-

 En la raíz de la valoración moral del obrar están los elementos de conocimiento y de libertad, a los que hay que añadir, en la visión espiritual cristiana, la realidad de la gracia. Los tres interactúan entre sí sobre todo según un dinamismo unitario, que, en cierta medida, puede descomponerse.

Pero hay que recordar que el conocimiento moral no se identifica con el simple conocimiento intelectual; se trata de un conocimiento que compromete mucho más existencialmente y que supone una apreciación subjetiva del valor. En otras palabras, es un conocimiento estimativo que nace de la asimilación del valor en la experiencia personal y que se refuerza en la práctica.

De forma análoga, la libertad, que está siempre situada y por tanto condicionada, no se da una vez para siempre, sino que se desarrolla y crece en el interior de un camino caracterizado por etapas diversas y por modalidades diferentes de actuación. Todavía resulta más misteriosa la influencia de la gracia, que actúa en lo más profundo del hombre como elemento que respeta el conjunto de los datos naturales y que interactúa al mismo tiempo sobre ellos, estimulando al hombre al ejercicio del amor, como autoentrega de sí mismo a Dios y a los hermanos. 

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