jueves, 25 de octubre de 2012

RENCOR



RENCOR
Resentimiento tenaz que se conserva de una ofensa.
(Diccionario Pequeño Larousse).
En cuanto a la FALTA DE PERDÓN, Se trata de algo similar a una cuenta de ahorros (de ofensas y faltas de perdón), en la cual se va guardando y se va guardando y se va guardando, hasta que la cuenta crece y crece a través de no darle salida al dinero y, como producto de los intereses que la hacen mas grande, cada día, hasta convertirla en una AVARICIA que sin darnos cuenta, llega a dañar nuestro ser integral…

De igual forma funciona el rencor, que va acumulando ofensas, pleitos  y faltas de perdón, hasta convertirlas en una AMARGURA, de incalculables daños morales y espirituales, para nuestra mente, nuestro corazón, afectando además, de la misma manera,  a toda la familia…

Este resentimiento está latente en nuestro entorno; puede alcanzar y arraigarse en  nuestra  mente, nuestro ser interior y nuestro corazón cuando no perdonamos; debemos tratar la forma de erradicarlo  pronto de nuestras vidas, pues es uno de los sentimientos que más van afectando el interior de la persona, y de los que más contribuyen a que caigamos en raíz de amargura y que como consecuencia o frustración, también podamos caer en depresiones.

Dios guarda para sí el derecho de vengarse: «Mía es la venganza, yo pagaré… Porque Él vengará la sangre de sus siervos. Él tomará venganza de sus enemigos y expiará la tierra de su pueblo» (Deuteronomio 32:35, 43 ).
Por esta razón la Ley prohibía la venganza personal: «No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová» (Levítico 19:18).
  
No permitamos ni abramos puerta a los enemigos del hombre, para que los dardos que el quiera enviarnos, no lleguen a nuestra vida. Recordemos que el ladrón viene para robar, matar y destruir (Juan 10:10ª).
El rencor puede convertirse en AMOR, a través de la reconciliación, cuando perdonamos y olvidamos de verdad, de corazón.

Reconciliar, Reconciliación:
La reconciliación involucra un cambio para bien en la relación entre dos o más personas, antes distanciadas o enemistadas. En teología, se refiere a un cambio de esta clase en la relación entre Dios y el hombre. Somos por naturaleza "hijos de ira" (Efesios 2:3) y enemigos de Dios (Efe. 2:11-15). Sin embargo, "...fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo..." (Rom. 5:10). A causa de la muerte de Jesucristo, la relación del cristiano con Dios experimenta un cambio favorable. Nos tornamos ahora capaces de tener comunión con El (1 Juan 1:3), lo que antes no nos era posible. Así, somos reconciliados con El (Rom. 5:10-11). Una grave consecuencia del pecado es que nos separa de Dios (Isa. 59:2), pero esto ha sido atacado y solucionado en la cruz; fue logrado por Dios, en Cristo (2 Cor. 5:18).

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Con uno que me compre me bendice...
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