sábado, 19 de mayo de 2012

ESCUELA PARA PADRES???



Se dice normalmente que no existe una escuela para aprender a ser padres de familia, como parte de la justificación que el hombre utiliza al momento de fallar en el cumplimiento de sus deberes y  responsabilidad para sacar adelante el matrimonio. La Biblia, el hogar, la familia y, la iglesia, es la mejor escuela que podemos encontrar para capacitarnos y equiparnos para hacerle frente a esa responsabilidad, siempre y cuando el hombre quiera hacer uso de esas facilidades. El hombre que tiene VISIÓN de hogar, puede aprender fácilmente a través de estos recursos, a planificar y no a improvisar, principalmente en el área espiritual  y económica.

Para principiar, la Biblia nos enseña que Dios dio al hombre el privilegio de participar en la procreación y en la multiplicación de la especie humana, como parte de los propósitos por los cuales El Señor nos da el soplo de vida al ponernos en este planeta terrenal (Génesis 1:27-28). Además, nos enseña cual es el perfil y el rol del hombre y la mujer para poder cumplir con esos propósitos, motivos suficientes para estar siempre agradecidos con Dios.

Cuando existe amor,  agradecimiento y temor de Dios; responsabilidad, madurez y compromiso de ambas partes, el tener un hijo, tiene que  ser muy emocionante y una experiencia maravillosa, de mucha felicidad; puesto que se trata del fruto de la confianza y decisión que Dios delegó a la humanidad al momento de dar vida al hombre y a la mujer; además, tiene que ser un reto, un desafío para cualquier pareja consciente de lo que eso representa, pues ambos tienen que adaptarse a un nuevo estilo de vida, a una nueva responsabilidad muy fuerte, como parte de la misión que Dios nuestro Señor puso en nuestras manos, al darnos participación en su creación y, nuestro compromiso, debe ser mayor para no fallarle,  no abortar esa misión y, responderle como verdaderos HOMBRES.   

Lamentablemente, el hombre o la mujer, en algunos casos, son presa fácil de los enemigos del matrimonio, al dejarse seducir por medio de diversas tentaciones; tanto  sexuales, como  económicas e inmorales, a cuales más “atractivas”, provocando así la destrucción de hogares; lo cual afecta, seriamente, a los hijos, que son los que más sufren y, quienes pueden llegar, en determinado momento, a pensar, que ese es el patrón de vida a seguir, convirtiéndolos de igual manera, en la mayoría de los casos, en personas IRRESPONSABLES. Necesitamos sembrar y cultivar el temor de Dios en nuestros hijos…. LA MEJOR ESCUELA…     

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