Antes
de iniciar una relación sentimental, es aconsejable que la pareja, tanto el
hombre como la mujer, practiquen, por lo menos, el concepto de AMISTAD, que es
la etapa en que los dos pueden llegar a conocerse mas a fondo, conocer a las familias,
a manera de poder establecer si existe: compatibilidad; unidad en la forma de
pensar y de sentir; mismo estilo de vida; misma cultura; mismo credo espiritual; pues de lo contrario,
si alguno de los dos tiene diferentes creencias y costumbres, lo más probable
es que de llegarse al matrimonio, existan problemas serios en cuanto a una
correcta consolidación y adaptación a una vida conyugal aceptable y agradable
ante los ojos de Dios.
Comprenderse
y respetarse en sus creencias espirituales
mutuamente, puede contribuir fuertemente en la pareja a llevar una vida
en paz, en unidad, en armonía; o de lo contrario, es mejor reflexionar
seriamente y no continuar con la relación, antes de llegar al matrimonio.
No es
aconsejable que uno de los dos presione u obligue al otro a involucrarse en sus
creencias espirituales, para evitar, mas adelante, enfrentamientos, resentimientos e insatisfacciones personales;
pero, sí es necesario que el creyente ore para que Dios tome el control de su
situación.
Las
creencias espirituales, cristianas, llevan consigo toda una doctrina que
determina un estilo de vida, de acuerdo con principios de Dios… Cuando en una
pareja se presentan distintas creencias, puede ser que éstas perjudiquen la
convivencia, por tratarse de un yugo desigual:
2 Corintios 6:14-17: “No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la
injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15¿Y qué
concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16¿Y
qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré
su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17Por lo cual, Salid de en medio
de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré.
En todo caso, lo más recomendable es que
la persona busque su pareja con creencias espirituales similares, para que los
dos puedan madurar y sentirse bien. De esta forma, los dos crecerán espiritualmente,
sin perder su estilo de vida, ni su misma MISIÓN Y VISION. Aún así, la etapa de
amistad es vital para que cada quien evalúe si la relación es conveniente o no,
puesto que el hecho de decir que es cristiano, no es una garantía de que el matrimonio
será conducido correctamente.
Nada podría ser más deplorable que la
condición de alguien que descubre, cuando ya es demasiado tarde, que se ha
unido de por vida a una persona con la cual no puede tener un solo pensamiento
o sentimiento en común.
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