El concepto FAMILIA, va
más allá de un simple grupo de personas que comparten un mismo techo, y una
vida en común.
El hogar y la familia también debemos proyectarla,
considerarla y verla como un huerto o como el ambiente o DISEÑO PERFECTO
que el Señor nuestro Dios nos manda a formar y a bendecir.
El fruto de ese hogar también se debe
desarrollar y proyectar a la sociedad,
al país, y de alguna manera al mundo entero.
No debemos permitir que nuestra cultura,
nuestro entorno, nuestras costumbres, corrientes humanistas o seculares nos
aparten de nuestros PRINCIPIOS Y VALORES, (PRINCIPIOS DE DIOS) ni de nuestra
vida espiritual.
La familia cristiana
tiene más que ver con calidad de vida en común que con estructuras
determinadas y funciones definidas.
En la actualidad, la
familia responde más a las exigencias y limitaciones de una sociedad materialista e individualista
que a ideales cristianos.
El ideal que
encontramos en el Nuevo Testamento, es
una nueva clase de familia abierta a quienes la sociedad rechaza.
A la familia de Jesús pertenecen personas de
varias clases sociales, de diversas ideologías políticas, personas marginadas y
aun mujeres de dudosa reputación, sin importarle lo que dijeran los demás.
Debemos evadir y/o
despojarnos diligentemente de los “valores” que el mundo intenta imponernos.
Los matrimonios de
éxito resultan de la puesta en práctica de aquellos principios que a través de
los siglos han sido sometidos a prueba por las innumerables parejas cuyo amor y
mutua comprensión se ha fortalecido, solidificado y hecho más intensa con el
paso del tiempo.
La relación interpersonal y de amor que se da entre Dios y el
creyente; es una relación dinámica y tensa que se refleja en su cumplimiento
definitivo en la unión conyugal y familiar.
La fe cristiana no se le ha dado al individuo, sino a toda la Iglesia , que ha recibido
de Cristo la misión de transmitirla y anunciarla a todo el mundo hasta
el final de los tiempos, pues, el acto de fe, en virtud de esta connotación que
cualifica a la fe cristiana como «fe eclesial», tiene que tener también en sí
esta nota, so pena de que quede incompleto el mismo acto.
En el Antiguo
Testamento, la alianza (bérit) aparece claramente como el fundamento de la vida
social, moral y espiritual del pueblo de Israel.
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